Exposición leida por Myriam Tardugno, Ex Gran Maestra del Gran Oriente de la Franc Masonería del Uruguay y Vicepresidenta del Supremo Consejo del Grado 33 del Rito Escosés Antiguo Aceptado para la República Oriental del Uruguay, el viernes 5 de abril 2013-
Homenaje de la
Francmasonería en el Bicentenario de las Instrucciones del Año XIII
Viernes 5 de Abril de 2013
|
|
Myriam Tardugno leyendo su proclama en ocasión del homenaje a las Instrucciones del Año XIII |
-Autoridades Nacionales,
Autoridades Departamentales, Autoridades Municipales.
-Amigos, Amigas,
Hermanos y Hermanas en la Francmasonería
-Señoras y Señores,
Es con profunda emoción
que los hombres y mujeres, ciudadanos libres de nuestra República y
francmasones que conformamos el Gran Oriente de la Franc-Masonería del
Uruguay (GOFMU) rendimos homenaje a nuestros primeros constituyentes y a
nuestro Prócer Don José Gervasio Artigas, en el momento del Bicentenario de la
Oración de Abril con la que el Jefe de los Orientales abrió el Congreso de los
Representantes del Pueblo Oriental, justamente un día como hoy, el 5 de abril
de 1813, y justamente aquí, en este mismo predio en el cual nosotros estamos
hoy congregados. Congreso que redactara las Instrucciones que recibieron los
Diputados Orientales a la Asamblea Constituyente convocada en Buenos Aires en
1813 para definir las características políticas de las Provincias Unidas del
Rio de la Plata.
Lejos está de
nosotros realizar una lección de historia. Pero, como ciudadanos libres, y en
nuestra condición de masones, deseamos descatar algunos hechos que tienen que
ver con este evento histórico, sin dudas el más importante para nosotros como
pueblo, pues es este acto fundacional el que marcará algunos de los aspectos
más característicos de nuestra identidad como pueblo y nación uruguayos.
No cabe duda que el
movimiento emancipador del pueblo oriental formó parte inalienable del que se
procesó a nivel continenental.
Y, tampoco caben
dudas que la masonería - hija predilecta de la Ilustración, aquel formidable
movimiento de ideas que sacudió el viejo mundo durante el siglo XVII, llamado
el Siglo de las Luces - se vinculó fuertemente con el proyecto emancipador
americano, y fue principalmente a través de sus canales que se difundieron las
principales ideas, las liberales y las republicanas. Precedidos por el
Precursor Francisco de Miranda, una pléyade de patriotas adoptaron las ideas
masónicas de Libertad, Igualdad y Fraternidad, y concibieron un mundo nuevo de
libertad y democracia; ideas que impulsaron fuertemente las revoluciones
francesas y norteamericanas donde nuestros ancestros masones jugaron un rol más
que decisivo, y las que a su vez inspiraron las ideas y la acción de nuestros
próceres de las independencias americanas.
Nuestros
Libertadores, Bolivar, O'Higgins, Carreras, Moreno, Belgrano, San Martín, para
nombrar solo unos pocos, fueron Hermanos en la masonería, como los fueron
Washington, Lafayette, Franklin, Jefersson y tantos otros independentistas
norteamericanos. Y crearon ese formidable movimiento que liberó un continente
del despotismo colonial, cambiando la faz del mundo.
Y, nuestro territorio
no fue ajeno a ese gran movimiento de ideas, ni a la presencia ilustrada de la
masonería, ni la influencia de las ideas que ésta canalizaba.
Sería largo de
mencionar todo ese movimiento. Digamos solamente que el primer gobernador de
Montevideo, José Joaquín de Viana fue masón. También que en la educación, a
cargo de los franciscanos en Montevideo, estuvo muy presente el cura y masón
Mariano Chambo, quién instruyó a buena parte de los que luego estuvieron en el
campo patriota. Libros de pensamiento avanzado existían en nuestra plaza, a
pesar de su lejanía. Por ejemplo, el antiguo responsable de la aduana
montevideana, Francisco Ortega y Monroy, al partir para España, en 1790, dejó
al resguardo de Martín José Artigas, padre del Prócer, 13 cajones conteniendo
una erudita biblioteca con 700 obras, muchas de ellas “prohibidas” por la
Inquisición católica, como 40 tomos de las obras del masón y filósofo francés
Voltaire, 4 tomos de las obras del masón también francés Montesquieu, 28 tomos
de la Enciclopedia dirigida por los masones Diderot y D'Alambert, lo que hace
impensable que estas obras no hubieran estado en contacto con nuestro José
Artigas, contribuyendo a la forja de su pensamiento.
|
Autoridades
del Gran Oriente de la Franc Masonería del Uruguay, presentes en el
acto de homenaje a la celebración del Bicentario de las Instrucciones
del Año XIII |
Una fuerte influencia
presente en nuestro medio, y que
tuviera
fundamental importancia en las corrientes de ideas emancipadoras de todo el
continente, fue la del masón Thomas Payne, considerado uno de los padres
fundadores de los Estados Unidos. Textos como “El Sentido Común”, “Disertación
sobre los primeros principios del Gobierno”, etc., fueron traducidas al
castellano por el masón venezolano Manuel García de Sena y publicadas en “La independencia de la Costa Firme,
justificada por Thomas Paine treinta años ha” donde además se incluían
importantes documentos de la independencia norteamericana. Este libro publicado
en Filadelfia en 1811, fue conocido en nuestro medio desde 1812. Artigas, más
tarde en 1816, le envió un ejemplar al caudillo misionero Andresito, atestando:
“remito a V. esa obra de la revolución
de Norte América. Por ella verá V. cuanto trabajaron y se sacrificaron hasta
realizar el Sistema que defendemos.” Un ejemplar de este libro estuvo en la
primera biblioteca pública creada por el cura y masón Dámaso Larrañaga en
Montevido. Otro cura masón, que integra el Círculo Artiguista, José Monterroso,
es señalado como teniendo esta obra como libro de cabecera, y por ser profundo
admirador de la Constitución de Massachusset, que considerada como la más
democrática del mundo.
Y debemos mencionar,
pues es excepcionalmente importante para la época y la región, la edición que
realizó Mariano Moreno en Buenos Aires de 400 ejemplares del “Contrato Social”
de Juan Jacobo Rousseau, cuyos ejemplares llegaron a buena parte del sur del
continente.
Artigas, abrazó todo
este movimiento de ideas, desde una perspectiva republicana. Pues, Artigas y el
Círculo Artiguista, entre los cuales se contaban varios masones como Miguel
Barreiro, José Monterroso, Felipe Cardozo, Joaquín Suarez, tenían claro cual
era el proyecto que significaba una verdadera emancipación.
Porque no todos los
independentistas tenían visiones comunes acerca de la naturaleza y perspectivas
del proyecto emancipador.
Hubo una línea
divisoria referida a qué concepción de la libertad se referenciaban. Porque
aquí estaba la gran diferencia. Mientras que la concepción liberal de muchos de
los independentistas entendía la libertad como la “no interferencia” de personas, grupos,
o el Estado, en la vida privada de las personas, para otros, como para el
morenismo y el artiguismo, en general, para el republicanismo, la libertad es concebida como “no dominación” de personas, grupos o el propio Estado sobre las
personas. Una persona es verdaderamente libre si antes tiene aseguradas
condiciones mínimas de igualdad, siendo este el eje fundamental que distingue
al republicanismo de otras concepciones polìticas.
He aquí entonces la
importancia excepcional de la Oración de Abril y de las Instrucciones del Año
XIII, pues en ellas se plantea una concepción de la emancipación – de las
gentes y de los pueblos - que pone la igualdad en primer plano. Por ello el
proyecto artiguista no podía ser del agrado del proyecto de Buenos Aires, que
pretendía su dominio sobre toda la región.
Solo tres aspectos
vamos a destacar de esta concepción política del artiguismo.
Ante todo, para
Artigas y sus colaboradores, es en la ley constitucional en donde residen las
garantías. Así lo expresó el Prócer en su Oración de Abril:
"Ciudadanos:
los pueblos deben ser libres. ... Por desgracia, ... aún falta una salvaguardia
general al derecho popular. Estamos aún bajo la fe de los hombres y no aparecen
las seguridades del contrato. ... Es muy veleidosa la probidad de los hombres;
sólo el freno de la constitución puede afirmarla”.
Y, ese Contrato
Social que debía plasmarse en una Constitución, que Artigas proponía, y que los
Diputados del Pueblo Oriental ratificaron en las Instrucciones, tenía unas
características puramente republicanas, como hasta ese momento nadie se había
atrevido a formular, salvo el morenismo y los revolucionarios haitianos que
proclamaron la primera República en 1791.
Primero, el proyecto
no era sólo de independencia, sino de emancipación absoluta de la corona
española. Esto tenía su importancia cuando muchos deseaban independizarse del
centralismo español, pero seguir ligados a la corona, a través de una especie
de sistema de monarquía constitucional.
El segundo aspecto
era el republicanismo. No solo como oposición a diversas formas de gobierno que
se planteaban en esa época, incluido un virreinato, sino como una concepción
radical de gobierno democrático con separación de poderes en ejecutivo,
legislativo y judicial, cada uno independiente y ejerciendo controles mútuos,
pues en la concepción republicana el tema del control del poder es uno de sus
aspectos más sensibles, por aquello de concebir la libertad como una no
dominación. El objeto y fin del Gobierno, está explícito en las Instrucciones,
debe ser conservar la igualdad, libertad y seguridad de los ciudadanos, para
protegerles del despotismo de la tiranía. Así, adquiere toda su significación
su frase en la Oración de Abril: “Mi autoridad emana de vosotros y ella
cesa por vuestra presencia soberana”.
Otro aspecto singular
e importante de la concepción republicana de Artigas y sus colaboradores, es su
perfil librepensador y laico. Al impulsar la libertad civil y religiosa en
“toda su extensión imaginable!, está claramente estableciendo la libertad de
las personas de creer y de pensar en aquello que crean pertinente, y no en algo
impuesto desde afuera. Esto lo colocaba en abierta oposición a la hegemonía
religiosa católica ejercida por la espada y la cruz desde 1492, y en el
contexto de la época abría espacios de pluralidad de pensamiento y creencias.
|
Autoridades de la Franc Masonería del Uruguay, en el homenaje al Bicenario de las Instrucciones del Año XIII, en la Palomar de Cavia |
Finalmente, una
concepción confederada. Artigas promocionaba la autonomía política de las
provincias, con sus propias constituciones y el derecho de tener armas,
considerarlas a todas iguales entre si, pero ligadas a través de un pacto de
defensa mutua y de fomento al comercio. El Gobierno Central a todas ellas, solo
debía ocuparse de los negocios generales del Estado. Y una capital común que no
fuera Buenos Aires. A estas propuestas, incluyó los límites geográficos de la
Provincia Oriental, dando así en los hechos el nacimiento a nuestra Patria,
como soberana y autónoma, con su propio autogobierno y ligándose libremente a
las otras provincias. Esto tomó forma más tarde cuando se creó en 1814 la Liga
de los Pueblos Libres, de la cual Artigas fue declarado Protector.
Finalmente esa
concepción republicana del artiguismo, que tiene como objetivo de base asegurar
las condiciones mínimas de igualdad, se completó cuando el 10 de septiembre de
1815 se sancionó un Reglamento para el
fomento de la campaña, que fue la primera reforma agraria de América
Latina, ya que repartía las tierras
entre los que la trabajaban «con la prevención que los más infelices sean
los más privilegiados».
Amigos, amigas,
Hermanos y Hermanas, para finalizar, sólo señalar que este homenaje es, ante
todo, un reconocimiento a las ideas de progreso que señalan el proceso
fundacional de nuestra patria, integrada al proceso independentista de las Américas.
Es un homenaje a los hombres y mujeres, a los libertadores y libertadoras que
lucharon por la libertad, sin claudicar, pues siempre puede haber períodos de
oscuridad y retroceso, pero también gracias a la acción esclarecida y decidida,
se pueden abrir períodos de luz y de progreso.
Es un homenaje a
nuestro Procer y a quienes fueron fieles a las ideas republicanas y
democráticas artiguistas, que estuvieron junto a Artigas hasta el final, y que
siguieron luchando por ellas después, en la construcción de nuestra república.
Y, asimismo, un homenaje a nuestros Hermanos y Hermanas masones, los de antes,
y los de ahora, ciudadanos comunes pero guiados y comprometidos por nuestros
ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad, que han dado y dan todo cuanto es
posible de si para contribuir cada uno desde donde le toque actuar, a la
construcción de una Humanidad más libre, más justa, más igualitaria, más
esclarecida y sobre todo más fraterna.
|
El Palomar de Cavia, ubicado en Av. Italia y Avelino Miranda (Tres Cruces) |
|
Ver más información en:
fuente: