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sábado, 6 de enero de 2018

tea - número 2

Revista tea

diciembre 2017 - Número 2

tea N°2 by juanaboazi on Scribd


Asociación Civil 20 de Setiembre
Su nombre conmemora y recuerda un acontecimiento histórico: la entrada triunfal en Roma, en 1870, de las fuerzas patrióticas de Víctor Manuel II, Cavour y Garibaldi, que buscaban la unidad italiana...


tea - Número 1

Revista tea
diciembre 2017 - Número 1

tea Nº 1 by juanaboazi on Scribd


Asociación Civil 20 de Setiembre
Su nombre conmemora y recuerda un acontecimiento histórico: la entrada triunfal en Roma, en 1870, de las fuerzas patrióticas de Víctor Manuel II, Cavour y Garibaldi, que buscaban la unidad italiana...

martes, 7 de abril de 2015

Homenaje a José Pedro Varela


Acto por los 170 años del nacimiento del reformador de la Educación en Uruguay, José Pedro Varela. Convocada por la "Coordinadora Ciudadana en Defensa de la Educación Pública y la Laicidad"

Los invitamos a ver el video con imágenes del acto realizado y las palabras de los oradores del mismo.


Ateneo Cultural Masónico
Entre Columnas
https://www.facebook.com/entre.columnas.18

sábado, 10 de enero de 2015

Comunicado de la Asociación Uruguaya de Libres Pensadores - "Je suis Charlie"


COMUNICADO POR EL SANGRIENTO ATENTADO EN PARÍS CONTRA LA REVISTA “CHARLIE HEBDO”
Asociación Uruguaya de Libre-Pensadores
Montevideo, 07 de enero de 2015

“Je suis Charlie”
TODOS SOMOS CHARLIE

La Asociación Uruguaya de Libres Pensadores (AULP), miembro de la Asociación Internacional del Libre Pensamiento (AILP), y las asociaciones adherentes, desean expresar su profunda indignación y extrema
repulsión al sangriento y bárbaro atentado contra la sede de la Revista semanal francesa Charlie Hebdo.

Toda muerte injusta, en cualquier circunstancia nos indigna. ¡Y vaya que el mundo actual nos da motivos para ello!

Pero este atentado en particular es simbólico, porque golpea de manera criminal contra el corazón de las conquistas colectivas más importantes de la historia humana: las libertades, la democracia, la libertad
de expresión, la libertad de conciencia, la libertad de prensa y los derechos humanos y ciudadanos.

Este es un caso extremo, pero que nos debe alertar y servir de ejemplo para que las sociedades de hoy día extremen su vigilancia y los cuidados en salvaguardar sus libertades, que de diversas formas y de manera permanente son atacadas, aun en sociedades como la nuestra tradicionalmente respetuosas de sus derechos.

En particular, defender la libertad de expresión y la libertad de prensa como garantías de la existencia de un pensamiento plural en una sociedad libre, abierta, democrática y republicana.

Estos hechos no hacen mas que confirmar que cuando prima la fe, en vez de la razón, la intolerancia se convierte en verdad última y se justifica la eliminación del que piensa diferente.

Los librepensadores uruguayos en estas trágicas circunstancias expresan su solidaridad con el personal y familiares en duelo de Charlie Hebdo, del personal policial fríamente ejecutado en esa instancia, y con el
pueblo francés, cuya indignación manifestada en centenas de miles de ciudadanos en las calles acompañamos fervorosamente.

lunes, 19 de agosto de 2013

RAZON – La Idea Libre - Agosto de 2013 N° 4

RAZON – La Idea Libre - Agosto de 2013 N° 4
Boletín de la Asociación Uruguaya de Libre-Pensadores (AULP)

CONTENIDO
II CONGRESO DE LA AULP - Tacuarembó – Sábado 8 de Junio de 2013
MESA REDONDA: “¿Cómo ser un librepensador en el Siglo XXI?
DECLARACIONES del CONGRESO
INTERVENCIONES en apoyo de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo
CONGRESO de la Asociación Internacional del Libre Pensamiento (AILP)

Ver en Scribd: http://es.scribd.com/doc/161524730/Boletin-4-AULP
 

ver más información en: http://aulp.blogspot.com/
facebook.com/librepensamiento.uruguay


domingo, 26 de mayo de 2013

Expulsan de la iglesia católica a sacerdote francmasón

En  la Iglesia del papa Francisco I, a pedido de Roma,

SACERDOTE FRANCÉS Y FRANCMASON ES EXPULSADO DE LA IGLESIA CATOLICA

Por Elbio Laxalte Terra
(redactado en base a informaciones de prensa)

Sacerdote Pascal Vesin, expulsado de la iglesia católica por ser francmasón miembro del Gran Oriente de Francia



Este jueves 23 de mayo de 2013, el Obispo Yves Boivineau de la ciudad deAnnecy, Francia, le comunicó oficialmente al sacerdote Pascal Vesin, cura de la parroquiade Megeve, Alta Savoya, la resolución del Vaticano por la cual es expulsado de la Iglesia. Ayer 24 de mayo, el vicario general de la diócesis, comienzó un recorrido por los consejos parroquiales de la región para explicar esta dura sanción contra el sacerdote.

¿Cual ha sido la razón? ¿Ser un cura pederasta de los que tanto abundan en los últimos tiempos, y sobre lo cual la Iglesia Católica Apostólica y Romana dice tan poca cosa? ¿Por corrupción o tráfico ilícito? Nada de eso.

Fue expulsado por su condición de pertenecer a la Francmasonería francesa.

Pascal Vesin era sacerdote desde 1996, y párroco desde 2004. Habría sido iniciado en el año 2001 en una logia del Gran Oriente de Francia.

En un comunicado de la diócesis que viene de ser publicado, se señala que después de tomar conocimiento de la situación francmasónicadel citado sacerdote, en el año 2010, se le solicitó al cura Vesin abandonar la masonería, para consagrarse solo al culto católico, a lo que el padre Vesin se opuso defendiéndose en su “libertad absoluta de conciencia”.

Llegado a este punto, intervino desde Roma la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, asimismo conocida como Sagrada Congregación de la Romana y Universal Inquisición o Sagrada Congregación del Santo Oficio, o aun como la trstemente célebre Inquisición - de la que fue jefe el anterior papa católico Joseph Ratzinger - que exigió la inmediata partida del sacerdote católico y masón de los rangos de la iglesia.

Una última tentativa fue realizada por tres otros sacerdotes que deseaban convencer al padre Vesin de que abandonara la iglesia de motus propio, a lo que el sacerdote cuestionado se opuso, lo que finalmente desembocó en su expulsión de los rangos católicos.

Sin embargo, el comunicado señala que esta pena podría ser levantada, si el sacerdote masón se arrepintiera, manifestara claramente su decisión de volvera la iglesia en las condiciones exigidas de abandono de la masonería y volver atrás asimismo de sus posiciones progresistas, a saber: apoyo al casamiento de los curas, defensa de la laicidad, apoyo a la difusión del preservativo, apoyo al matrimonio igualitario, etc.

El Obispo de Annecy, con el apoyo de la iglesia católica francesa y el vaticano, ha expresado - en una carta dirigida a todos los sacerdotesde la diócesis – “la incompatibilidad entre los principios de la francmasonería y los de la fe cristiana”.

El padre Vesín, en un reportaje realizado por el periódico Le Messager, el 17 de enero de 2013, señalaba algunas cosas como estas:

Ser cristiano es acompañar a las personas en sus opciones de vida. El objetivo de un cura es dar luz, iluminar a la gente; luego es la persona la que actúa. La iglesia ultrapasa sus derechos cuando señala lo que es necesario hacer”.

Preguntado sobre el proyecto de ley francés sobre el matrimonio igualitario,señaló: “Soy un fiel defensor de la laicidad, de la ley de 1905 que separa el estado y las iglesias. La iglesia no debe tener ingerencia en lo temporal. Que acompañe los grandes cambios en la sociedad sí. Pero en este caso ella equivoca su combate. Detrás de esto hay un fuerte resabio homofóbico”.

sábado, 6 de abril de 2013

Homenaje de la Francmasonería en el Bicentenario de las Instrucciones del Año XIII

Exposición leida por Myriam Tardugno, Ex Gran Maestra del Gran Oriente de la Franc Masonería del Uruguay y Vicepresidenta del Supremo Consejo del Grado 33 del Rito Escosés Antiguo Aceptado para la República Oriental del Uruguay, el viernes 5 de abril 2013-



Homenaje de la Francmasonería en el Bicentenario de las Instrucciones del Año XIII
Viernes 5 de Abril de 2013

 
Myriam Tardugno leyendo su proclama en ocasión del homenaje a las Instrucciones del Año XIII


-Autoridades Nacionales, Autoridades Departamentales, Autoridades Municipales.


-Amigos, Amigas, Hermanos y Hermanas en la Francmasonería


-Señoras y Señores,

Es con profunda emoción que los hombres y mujeres, ciudadanos libres de nuestra República y francmasones que conformamos el Gran Oriente de la Franc-Masonería del Uruguay (GOFMU) rendimos homenaje a nuestros primeros constituyentes y a nuestro Prócer Don José Gervasio Artigas, en el momento del Bicentenario de la Oración de Abril con la que el Jefe de los Orientales abrió el Congreso de los Representantes del Pueblo Oriental, justamente un día como hoy, el 5 de abril de 1813, y justamente aquí, en este mismo predio en el cual nosotros estamos hoy congregados. Congreso que redactara las Instrucciones que recibieron los Diputados Orientales a la Asamblea Constituyente convocada en Buenos Aires en 1813 para definir las características políticas de las Provincias Unidas del Rio de la Plata.


Lejos está de nosotros realizar una lección de historia. Pero, como ciudadanos libres, y en nuestra condición de masones, deseamos descatar algunos hechos que tienen que ver con este evento histórico, sin dudas el más importante para nosotros como pueblo, pues es este acto fundacional el que marcará algunos de los aspectos más característicos de nuestra identidad como pueblo y nación uruguayos.



No cabe duda que el movimiento emancipador del pueblo oriental formó parte inalienable del que se procesó a nivel continenental.



Y, tampoco caben dudas que la masonería - hija predilecta de la Ilustración, aquel formidable movimiento de ideas que sacudió el viejo mundo durante el siglo XVII, llamado el Siglo de las Luces - se vinculó fuertemente con el proyecto emancipador americano, y fue principalmente a través de sus canales que se difundieron las principales ideas, las liberales y las republicanas. Precedidos por el Precursor Francisco de Miranda, una pléyade de patriotas adoptaron las ideas masónicas de Libertad, Igualdad y Fraternidad, y concibieron un mundo nuevo de libertad y democracia; ideas que impulsaron fuertemente las revoluciones francesas y norteamericanas donde nuestros ancestros masones jugaron un rol más que decisivo, y las que a su vez inspiraron las ideas y la acción de nuestros próceres de las independencias americanas.



Nuestros Libertadores, Bolivar, O'Higgins, Carreras, Moreno, Belgrano, San Martín, para nombrar solo unos pocos, fueron Hermanos en la masonería, como los fueron Washington, Lafayette, Franklin, Jefersson y tantos otros independentistas norteamericanos. Y crearon ese formidable movimiento que liberó un continente del despotismo colonial, cambiando la faz del mundo.



Y, nuestro territorio no fue ajeno a ese gran movimiento de ideas, ni a la presencia ilustrada de la masonería, ni la influencia de las ideas que ésta canalizaba.



Sería largo de mencionar todo ese movimiento. Digamos solamente que el primer gobernador de Montevideo, José Joaquín de Viana fue masón. También que en la educación, a cargo de los franciscanos en Montevideo, estuvo muy presente el cura y masón Mariano Chambo, quién instruyó a buena parte de los que luego estuvieron en el campo patriota. Libros de pensamiento avanzado existían en nuestra plaza, a pesar de su lejanía. Por ejemplo, el antiguo responsable de la aduana montevideana, Francisco Ortega y Monroy, al partir para España, en 1790, dejó al resguardo de Martín José Artigas, padre del Prócer, 13 cajones conteniendo una erudita biblioteca con 700 obras, muchas de ellas “prohibidas” por la Inquisición católica, como 40 tomos de las obras del masón y filósofo francés Voltaire, 4 tomos de las obras del masón también francés Montesquieu, 28 tomos de la Enciclopedia dirigida por los masones Diderot y D'Alambert, lo que hace impensable que estas obras no hubieran estado en contacto con nuestro José Artigas, contribuyendo a la forja de su pensamiento.

Autoridades del Gran Oriente de la Franc Masonería del Uruguay, presentes en el acto de homenaje a la celebración del Bicentario de las Instrucciones del Año XIII
 



Una fuerte influencia presente en nuestro medio, y que tuviera fundamental importancia en las corrientes de ideas emancipadoras de todo el continente, fue la del masón Thomas Payne, considerado uno de los padres fundadores de los Estados Unidos. Textos como “El Sentido Común”, “Disertación sobre los primeros principios del Gobierno”, etc., fueron traducidas al castellano por el masón venezolano Manuel García de Sena y publicadas en “La independencia de la Costa Firme, justificada por Thomas Paine treinta años ha” donde además se incluían importantes documentos de la independencia norteamericana. Este libro publicado en Filadelfia en 1811, fue conocido en nuestro medio desde 1812. Artigas, más tarde en 1816, le envió un ejemplar al caudillo misionero Andresito, atestando: “remito a V. esa obra de la revolución de Norte América. Por ella verá V. cuanto trabajaron y se sacrificaron hasta realizar el Sistema que defendemos.” Un ejemplar de este libro estuvo en la primera biblioteca pública creada por el cura y masón Dámaso Larrañaga en Montevido. Otro cura masón, que integra el Círculo Artiguista, José Monterroso, es señalado como teniendo esta obra como libro de cabecera, y por ser profundo admirador de la Constitución de Massachusset, que considerada como la más democrática del mundo.



Y debemos mencionar, pues es excepcionalmente importante para la época y la región, la edición que realizó Mariano Moreno en Buenos Aires de 400 ejemplares del “Contrato Social” de Juan Jacobo Rousseau, cuyos ejemplares llegaron a buena parte del sur del continente.



Artigas, abrazó todo este movimiento de ideas, desde una perspectiva republicana. Pues, Artigas y el Círculo Artiguista, entre los cuales se contaban varios masones como Miguel Barreiro, José Monterroso, Felipe Cardozo, Joaquín Suarez, tenían claro cual era el proyecto que significaba una verdadera emancipación.



Porque no todos los independentistas tenían visiones comunes acerca de la naturaleza y perspectivas del proyecto emancipador.



Hubo una línea divisoria referida a qué concepción de la libertad se referenciaban. Porque aquí estaba la gran diferencia. Mientras que la concepción liberal de muchos de los independentistas entendía la libertad como la “no interferencia” de personas, grupos, o el Estado, en la vida privada de las personas, para otros, como para el morenismo y el artiguismo, en general, para el republicanismo, la libertad es concebida como “no dominación” de personas, grupos o el propio Estado sobre las personas. Una persona es verdaderamente libre si antes tiene aseguradas condiciones mínimas de igualdad, siendo este el eje fundamental que distingue al republicanismo de otras concepciones polìticas.



He aquí entonces la importancia excepcional de la Oración de Abril y de las Instrucciones del Año XIII, pues en ellas se plantea una concepción de la emancipación – de las gentes y de los pueblos - que pone la igualdad en primer plano. Por ello el proyecto artiguista no podía ser del agrado del proyecto de Buenos Aires, que pretendía su dominio sobre toda la región.



Solo tres aspectos vamos a destacar de esta concepción política del artiguismo.



Ante todo, para Artigas y sus colaboradores, es en la ley constitucional en donde residen las garantías. Así lo expresó el Prócer en su Oración de Abril:



"Ciudadanos: los pueblos deben ser libres. ... Por desgracia, ... aún falta una salvaguardia general al derecho popular. Estamos aún bajo la fe de los hombres y no aparecen las seguridades del contrato. ... Es muy veleidosa la probidad de los hombres; sólo el freno de la constitución puede afirmarla”.



Y, ese Contrato Social que debía plasmarse en una Constitución, que Artigas proponía, y que los Diputados del Pueblo Oriental ratificaron en las Instrucciones, tenía unas características puramente republicanas, como hasta ese momento nadie se había atrevido a formular, salvo el morenismo y los revolucionarios haitianos que proclamaron la primera República en 1791.



Primero, el proyecto no era sólo de independencia, sino de emancipación absoluta de la corona española. Esto tenía su importancia cuando muchos deseaban independizarse del centralismo español, pero seguir ligados a la corona, a través de una especie de sistema de monarquía constitucional.



El segundo aspecto era el republicanismo. No solo como oposición a diversas formas de gobierno que se planteaban en esa época, incluido un virreinato, sino como una concepción radical de gobierno democrático con separación de poderes en ejecutivo, legislativo y judicial, cada uno independiente y ejerciendo controles mútuos, pues en la concepción republicana el tema del control del poder es uno de sus aspectos más sensibles, por aquello de concebir la libertad como una no dominación. El objeto y fin del Gobierno, está explícito en las Instrucciones, debe ser conservar la igualdad, libertad y seguridad de los ciudadanos, para protegerles del despotismo de la tiranía. Así, adquiere toda su significación su frase en la Oración de Abril: “Mi autoridad emana de vosotros y ella cesa por vuestra presencia soberana”.



Otro aspecto singular e importante de la concepción republicana de Artigas y sus colaboradores, es su perfil librepensador y laico. Al impulsar la libertad civil y religiosa en “toda su extensión imaginable!, está claramente estableciendo la libertad de las personas de creer y de pensar en aquello que crean pertinente, y no en algo impuesto desde afuera. Esto lo colocaba en abierta oposición a la hegemonía religiosa católica ejercida por la espada y la cruz desde 1492, y en el contexto de la época abría espacios de pluralidad de pensamiento y creencias.


Autoridades de la Franc Masonería del Uruguay, en el homenaje al Bicenario de las Instrucciones del Año XIII, en la Palomar de Cavia


Finalmente, una concepción confederada. Artigas promocionaba la autonomía política de las provincias, con sus propias constituciones y el derecho de tener armas, considerarlas a todas iguales entre si, pero ligadas a través de un pacto de defensa mutua y de fomento al comercio. El Gobierno Central a todas ellas, solo debía ocuparse de los negocios generales del Estado. Y una capital común que no fuera Buenos Aires. A estas propuestas, incluyó los límites geográficos de la Provincia Oriental, dando así en los hechos el nacimiento a nuestra Patria, como soberana y autónoma, con su propio autogobierno y ligándose libremente a las otras provincias. Esto tomó forma más tarde cuando se creó en 1814 la Liga de los Pueblos Libres, de la cual Artigas fue declarado Protector.



Finalmente esa concepción republicana del artiguismo, que tiene como objetivo de base asegurar las condiciones mínimas de igualdad, se completó cuando el 10 de septiembre de 1815 se sancionó un Reglamento para el fomento de la campaña, que fue la primera reforma agraria de América Latina, ya que repartía las  tierras entre los que la trabajaban «con la prevención que los más infelices sean los más privilegiados».



Amigos, amigas, Hermanos y Hermanas, para finalizar, sólo señalar que este homenaje es, ante todo, un reconocimiento a las ideas de progreso que señalan el proceso fundacional de nuestra patria, integrada al proceso independentista de las Américas. Es un homenaje a los hombres y mujeres, a los libertadores y libertadoras que lucharon por la libertad, sin claudicar, pues siempre puede haber períodos de oscuridad y retroceso, pero también gracias a la acción esclarecida y decidida, se pueden abrir períodos de luz y de progreso.



Es un homenaje a nuestro Procer y a quienes fueron fieles a las ideas republicanas y democráticas artiguistas, que estuvieron junto a Artigas hasta el final, y que siguieron luchando por ellas después, en la construcción de nuestra república. Y, asimismo, un homenaje a nuestros Hermanos y Hermanas masones, los de antes, y los de ahora, ciudadanos comunes pero guiados y comprometidos por nuestros ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad, que han dado y dan todo cuanto es posible de si para contribuir cada uno desde donde le toque actuar, a la construcción de una Humanidad más libre, más justa, más igualitaria, más esclarecida y sobre todo más fraterna. 


El Palomar de Cavia, ubicado en Av. Italia y Avelino Miranda (Tres Cruces)
Ver más información en:



fuente:

Homenaje de la Francmasonería del Uruguay en el Bicentenario de las Instrucciones del Año XIII




Excelente homenaje se llevó a cabo el día viernes 5 de abril de 2013, en el Palomar de Cavia, en la ciudad de Montevideo, en Av. Italia y Avelino Miranda (Tres Cruces), cuando hombres y mujeres congregados al medio día, homenajearon a las Instrucciones del Año XIII.


Físicamente donde se ocurrieron los hechos hace doscientos años, las personas presentes cantaron el Himno Nacional, el himno a Artigas, escucharon un pequeño oratorio, terminando con la colocación de una ofrenda floral donde luce una placa de bronce recordando el lugar donde acontecieron circunstancias que nos marcan mojones de identidad como colectivo socio-político.  Placa que aparentemente pasa desapercibida en el trajinar ciudadano, pero aun así, sigue siendo testimonio silencioso de los hechos y este viernes constatamos que no para todos pasa tan desapercibida.

Estábamos en el lugar donde se escucha de labios del prócer la palabra “ciudadanos” al referirse a sus iguales y plasma conceptos sobre formas de relacionamiento y manejo del poder ciudadano. Una clara construcción de ciudadanía inserta en propuesta de sistema de gobierno y hasta relacionamiento económico entre pueblos hermanos que comparten por cercanía lo que se puede comprender como región.

Hace doscientos años se mencionaba lo que hoy estamos considerando como Puerto de Aguas Profundas. Puerto que se pensaba en Maldonado y Montevideo, pero más allá de la ubicación exacta, ello en la geografía de nuestro entorno, lo rescatable y de resaltar es la concepción y utilidad de ello, sumando conceptos arancelarios, como también el intercambio comercial, tanto a la interna como región, como en el orden internacional.

De allí la importancia de visión de futuro de eso que era aún no muy bien definido como territorio y como sistema de convivencia. Ante ello se reclama una Constitución a los efectos de ceñirse a ella como compromiso y regla de relacionamiento claro y conciso. Aflorando la necesidad y el deseo de tener legalidad, legislar como forma de gobierno, enseñándonos a actuar conforme a ello, a ese pacto pre-establecido y formarnos como ciudadanos que dentro de la Ley todo, fuera de ella nada, formarnos sobre lo legalmente correcto por sobre lo políticamente correcto, enseñándonos que no existen circunstancias acomodaticias, nos muestra el comportamiento dentro de un contrato social ante el cual todos nos comprometemos a cumplir y nos basamos en él para actuar, asegurando a todos la existencia de No-sorpresas, No-improvisaciones gubernamentales, No-improvisaciones ni sorpresas por parte de los gobernados, en síntesis, el disponer de reglas claras en todo sentido.

Se establece allí hace doscientos años, en las Instrucciones, la concepción de un Estado Laico y en ese momento, cuando muchos andaban por Europa viendo de donde podrían encontrar algún borbón para traerlo a América y restablecer sistemas monárquicos, se encontraban otros, como muchos compatriotas de estos suelos, principalmente del lado oriental del río Uruguay, entre ellos el Gaucho Artigas (como gusto llamarle), que pensaban y estructuraban sistemas Republicanos, sistemas Provinciales, ello como forma de gobierno y relacionamiento entre sí, pero y por sobre todas las cosas, Estados libres de toda monarquía, proclamaban libertad, proclamaban independencia, proclamaban autonomía y ello hace doscientos años.

Pasa el tiempo y parece un chiste nuestra realidad americana, nos damos cuenta qué poco se aprendió de todo aquello… pero bueno, siempre hay gente como ese puñado de ciento veinte Ciudadanos, mujeres y hombres que acompañaron en homenaje, realizado éste por francmasones liberales, mujeres y hombres en pié de igualdad, integrantes de una Institución Masónica, que comprometida con el Republicanismo, la Laicidad, con la Libertad de Pensamiento y Conciencia, trabaja para aportar propuestas anónimas a nuestra sociedad.

Encontrándose allí, sobre una tradición geográfica, rescatando valores éticos y morales de convivencia socio-política, se le rinde homenaje como acto de justicia, comprometiéndose con su presencia con esos valores éticos y morales, testimoniando su vigencia aún doscientos años después.



Ciento veinte Ciudadanos bajo llovizna se aprontaban a homenajear de todas maneras esos doscientos años y su vigencia conceptual, cuando la naturaleza, que es sabia y solidaria, ella más sabe por vieja y profesa el verdadero amor natural, despeja el cielo de nubes y permite que su sol radiante acaricie a ese puñado de ciento veinte Ciudadanos y esté ella también presente con su mayor iluminación, calor y esplendor. 

Allí todos juntos, la brillante naturaleza, mujeres y hombres, lo conceptual siempre joven de las Instrucciones, la presencia de una Institución como la masónica de jóvenes miles de años, todos juntos unidos por incorruptibles valores éticos y morales.

Fuente: Gran Oriente de la Franc Masonería del Uruguay
www.gofmu.org

martes, 30 de octubre de 2012

La laicidad explicada a los niños


La laicidad explicada a los niños
Por Fernando Savater
En 1791, como respuesta a la proclamación por la Convención francesa de los Derechos del Hombre, el Papa Pío VI hizo pública su encíclica Quod aliquantum en la que afirmaba que "no puede imaginarse tontería mayor que tener a todos los hombres por iguales y libres".
En 1832, Gregorio XVI reafirmaba esta condena sentenciando en su encíclica Mirari vos que la reivindicación de tal cosa como la "libertad de conciencia" era un error "venenosísimo".
En 1864 apareció el Syllabus en el que Pío IX condenaba los principales errores de la modernidad democrática, entre ellos muy especialmente - dale que te pego - la libertad de conciencia.
Deseoso de no quedarse atrás en celo inquisitorial, León XIII estableció en su encíclica Libertas de 1888 los males del liberalismo y el socialismo, epígonos indeseables de la nefasta ilustración, señalando que "no es absolutamente lícito invocar, defender, conceder una híbrida libertad de pensamiento, de prensa, de palabra, de enseñanza o de culto, como si fuesen otros tantos derechos que la naturaleza ha concedido al hombre. De hecho, si verdaderamente la naturaleza los hubiera otorgado, sería lícito recusar el dominio de Dios y la libertad humana no podría ser limitada por ley alguna".
Y a Pío X le correspondió fulminar la ley francesa de separación entre Iglesia y Estado con su encíclica Vehementer, de 1906, donde puede leerse: "Que sea necesario separar la razón del Estado de la de la Iglesia es una opinión seguramente falsa y más peligrosa que nunca. Porque limita la acción del Estado a la sola felicidad terrena, la cual se coloca como meta principal de la sociedad civil y descuida abiertamente, como cosa extraña al Estado, la meta última de los ciudadanos, que es la beatitud eterna preestablecida para los hombres más allá de los fines de esta breve vida".
Hubo que esperar al Concilio Vaticano II y al decreto Dignitatis humanae personae, querido por Pablo VI, para que finalmente se reconociera la libertad de conciencia como una dimensión de la persona contra la cual no valen ni la razón de Estado ni la razón de la Iglesia. "¡Es una auténtica revolución!", exclamó el entonces cardenal Wojtyla.
¿Qué es la laicidad?
Es el reconocimiento de la autonomía de lo político y civil respecto a lo religioso, la separación entre la esfera terrenal de aprendizajes, normas y garantías que todos debemos compartir y el ámbito íntimo (aunque públicamente exteriorizable a título particular) de las creencias de cada cual.
La liberación es mutua, porque la política se sacude la tentación teocrática pero también las iglesias y los fieles dejan de estar manipulados por gobernantes que tratan de ponerlos a su servicio, cosa que desde Napoleón y su Concordato con la Santa Sede no ha dejado puntualmente de ocurrir, así como cesan de temer persecuciones contra su culto, tristemente conocidas en muchos países totalitarios. Por eso no tienen fundamento los temores de cierto prelado español que hace poco alertaba ante la amenaza en nuestro país de un "Estado ateo". Que pueda darse en algún sitio un Estado ateo sería tan raro como que apareciese un Estado geómetra o melancólico: pero si lo que teme monseñor es que aparezcan gobernantes que se inmiscuyan en cuestiones estrictamente religiosas para prohibirlas u hostigar a los creyentes, hará bien en apoyar con entusiasmo la laicidad de nuestras instituciones, que excluye precisamente tales comportamientos no menos que la sumisión de las leyes a los dictados de la Conferencia Episcopal. No sería el primer creyente y practicante religioso partidario del laicismo, pues abundan hoy como también los hubo ayer: recordemos por ejemplo a Ferdinand Buisson, colaborador de Jules Ferry y promotor de la escuela laica (obtuvo el premio Nobel de la Paz en 1927), que fue un ferviente protestante.
En España, algunos tienen inquina al término "laicidad" (o aún peor, "laicismo") y sostienen que nuestro país es constitucionalmente "aconfesional" - eso puede pasar - pero no laico. Como ocurre con otras disputas semánticas (la que ahora rodea al término "nación", por ejemplo) lo importante es lo que cada cual espera obtener mediante un nombre u otro.
Según lo interpretan algunos, un Estado no confesional es un Estado que no tiene una única devoción religiosa sino que tiene muchas, todas las que le pidan. Es multiconfesional, partidario de una especie de teocracia politeísta que apoya y favorece las creencias estadísticamente más representadas entre su población o más combativas en la calle. De modo que sostendrá en la escuela pública todo tipo de catecismos y santificará institucionalmente las fiestas de iglesias surtidas.
Es una interpretación que resulta por lo menos abusiva, sobre todo en lo que respecta a la enseñanza. Como ha avisado Claudio Magris (en "Laicità e religione", incluido en el volumen colectivo Le ragioni dei laici, ed. Laterza), "en nombre del deseo de los padres de hacer estudiar a sus hijos en la escuela que se reclame de sus principios - religiosos, políticos y morales - surgirán escuelas inspiradas por variadas charlatanerías ocultistas que cada vez se difunden más, por sectas caprichosas e ideologías de cualquier tipo. Habrá quizá padres racistas, nazis o estalinistas que pretenderán educar a sus hijos -a nuestras expensas- en el culto de su Moloch o que pedirán que no se sienten junto a extranjeros...".
Debe recordarse que la enseñanza no es sólo un asunto que incumba al alumno y su familia, sino que tiene efectos públicos por muy privado que sea el centro en que se imparta. Una cosa es la instrucción religiosa o ideológica que cada cual pueda dar a sus vástagos siempre que no vaya contra leyes y principios constitucionales, otra el contenido del temario escolar que el Estado debe garantizar con su presupuesto que se enseñe a todos los niños y adolescentes. Si en otros campos, como el mencionado de las festividades, hay que manejarse flexiblemente entre lo tradicional, lo cultural y lo legalmente instituido, en el terreno escolar hay que ser preciso estableciendo las demarcaciones y distinguiendo entre los centros escolares (que pueden ser públicos, concertados o privados) y la enseñanza misma ofrecida en cualquiera de ellos, cuyo contenido de interés público debe estar siempre asegurado y garantizado para todos. En esto consiste precisamente la laicidad y no en otra cosa más oscura o temible.
Algunos partidarios a ultranza de la religión como asignatura en la escuela han iniciado una cruzada contra la enseñanza de una moral cívica o formación ciudadana. Al oírles parece que los valores de los padres, cualesquiera que sean, han de resultar sagrados mientras que los de la sociedad democrática no pueden explicarse sin incurrir en una manipulación de las mentes poco menos que totalitaria. Por supuesto, la objeción de que educar para la ciudadanía lleva a un adoctrinamiento neofranquista es tan profunda y digna de estudio como la de quienes aseguran que la educación sexual desemboca en la corrupción de menores. Como además ambas críticas suelen venir de las mismas personas, podemos comprenderlas mejor. En cualquier caso, la actitud laica rechaza cualquier planteamiento incontrovertible de valores políticos o sociales: el ilustrado Condorcet llegó a decir que ni siquiera los derechos humanos pueden enseñarse como si estuviesen escritos en unas tablas descendidas de los cielos. Pero es importante que en la escuela pública no falte la elucidación seguida de debate sobre las normas y objetivos fundamentales que persigue nuestra convivencia democrática, precisamente porque se basan en legitimaciones racionales y deben someterse a consideraciones históricas. Los valores no dejan de serlo y de exigir respeto aunque no aspiren a un carácter absoluto ni se refuercen con castigos o premios sobrenaturales... Y es indispensable hacerlo comprender.
Sin embargo, el laicismo va más allá de proponer una cierta solución a la cuestión de las relaciones entre la Iglesia (o las iglesias) y el Estado.
Es una determinada forma de entender la política democrática y también una doctrina de la libertad civil.
Consiste en afirmar la condición igual de todos los miembros de la sociedad, definidos exclusivamente por su capacidad similar de participar en la formación y expresión de la voluntad general y cuyas características no políticas (religiosas, étnicas, sexuales, genealógicas, etc.) no deben ser en principio tomadas en consideración por el Estado. De modo que, en puridad, el laicismo va unido a una visión republicana del gobierno: puede haber repúblicas teocráticas, como la iraní, pero no hay monarquías realmente laicas (aunque no todas conviertan al monarca en cabeza de la iglesia nacional, como la inglesa).
Y por supuesto la perspectiva laica choca con la concepción nacionalista, porque desde su punto de vista no hay nación de naciones ni Estado de pueblos sino nación de ciudadanos, iguales en derechos y obligaciones fundamentales más allá de cuál sea su lugar de nacimiento o residencia.
La justificada oposición a las pretensiones de los nacionalistas que aspiran a disgregar el país o, más frecuentemente, a ocupar dentro de él una posición de privilegio asimétrico se basa - desde el punto de vista laico - no en la amenaza que suponen para la unidad de España como entidad trascendental, sino en que implican la ruptura de la unidad y homogeneidad legal del Estado de Derecho. No es lo mismo ser culturalmente distintos que políticamente desiguales. Pues bien, quizá entre nosotros llevar el laicismo a sus últimas consecuencias tan siquiera teóricas sea asunto difícil: pero no deja de ser chocante que mientras los laicos "monárquicos" aceptan serlo por prudencia conservadora, los nacionalistas que se dicen laicos paradójica (y desde luego injustificadamente) creen representar un ímpetu progresista...
En todo caso, la época no parece favorable a la laicidad. Las novelas de más éxito tratan de evangelios apócrifos, profecías milenaristas, sábanas y sepulcros milagrosos, templarios -¡muchos templarios! - y batallas de ángeles contra demonios. Vaya por Dios, con perdón: qué lata.
En cuanto a la (mal) llamada alianza de civilizaciones, en cuanto se reúnen los expertos para planearla resulta que la mayoría son curas de uno u otro modelo. Francamente, si no son los clérigos lo que más me interesa de mi cultura, no alcanzo a ver por qué van a ser lo que me resulte más apasionante de las demás. A no ser, claro, que también seamos "asimétricos" en esta cuestión...
Hace un par de años, coincidí en un debate en París con el ex secretario de la ONU Butros Gali.
Sostuvo ante mi asombro la gran importancia de la astrología en el Egipto actual, que los europeos no valoramos suficientemente. Respetuosamente, señalé que la astrología es tan pintoresca como falsa en todas partes, igual en El Cairo que en Estocolmo o Caracas. Butros Gali me informó de que precisamente esa opinión constituye un prejuicio eurocéntrico.
No pude por menos de compadecer a los africanos que dependen de la astrología mientras otros continentes apuestan por la nanotecnología o la biogenética.
Quizá el primer mandamiento de la laicidad consista en romper la idolatría culturalista y fomentar el espíritu crítico respecto a las tradiciones propias y ajenas. Podría formularse con aquellas palabras de Santayana: "No hay tiranía peor que la de una conciencia retrógrada o fanática que oprime a un mundo que no entiende en nombre de otro mundo que es inexistente".
Fernando Savater es catedrático de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid. Fuente: El País 5 de noviembre de 2005.