sábado, 6 de abril de 2013

Homenaje de la Francmasonería del Uruguay en el Bicentenario de las Instrucciones del Año XIII




Excelente homenaje se llevó a cabo el día viernes 5 de abril de 2013, en el Palomar de Cavia, en la ciudad de Montevideo, en Av. Italia y Avelino Miranda (Tres Cruces), cuando hombres y mujeres congregados al medio día, homenajearon a las Instrucciones del Año XIII.


Físicamente donde se ocurrieron los hechos hace doscientos años, las personas presentes cantaron el Himno Nacional, el himno a Artigas, escucharon un pequeño oratorio, terminando con la colocación de una ofrenda floral donde luce una placa de bronce recordando el lugar donde acontecieron circunstancias que nos marcan mojones de identidad como colectivo socio-político.  Placa que aparentemente pasa desapercibida en el trajinar ciudadano, pero aun así, sigue siendo testimonio silencioso de los hechos y este viernes constatamos que no para todos pasa tan desapercibida.

Estábamos en el lugar donde se escucha de labios del prócer la palabra “ciudadanos” al referirse a sus iguales y plasma conceptos sobre formas de relacionamiento y manejo del poder ciudadano. Una clara construcción de ciudadanía inserta en propuesta de sistema de gobierno y hasta relacionamiento económico entre pueblos hermanos que comparten por cercanía lo que se puede comprender como región.

Hace doscientos años se mencionaba lo que hoy estamos considerando como Puerto de Aguas Profundas. Puerto que se pensaba en Maldonado y Montevideo, pero más allá de la ubicación exacta, ello en la geografía de nuestro entorno, lo rescatable y de resaltar es la concepción y utilidad de ello, sumando conceptos arancelarios, como también el intercambio comercial, tanto a la interna como región, como en el orden internacional.

De allí la importancia de visión de futuro de eso que era aún no muy bien definido como territorio y como sistema de convivencia. Ante ello se reclama una Constitución a los efectos de ceñirse a ella como compromiso y regla de relacionamiento claro y conciso. Aflorando la necesidad y el deseo de tener legalidad, legislar como forma de gobierno, enseñándonos a actuar conforme a ello, a ese pacto pre-establecido y formarnos como ciudadanos que dentro de la Ley todo, fuera de ella nada, formarnos sobre lo legalmente correcto por sobre lo políticamente correcto, enseñándonos que no existen circunstancias acomodaticias, nos muestra el comportamiento dentro de un contrato social ante el cual todos nos comprometemos a cumplir y nos basamos en él para actuar, asegurando a todos la existencia de No-sorpresas, No-improvisaciones gubernamentales, No-improvisaciones ni sorpresas por parte de los gobernados, en síntesis, el disponer de reglas claras en todo sentido.

Se establece allí hace doscientos años, en las Instrucciones, la concepción de un Estado Laico y en ese momento, cuando muchos andaban por Europa viendo de donde podrían encontrar algún borbón para traerlo a América y restablecer sistemas monárquicos, se encontraban otros, como muchos compatriotas de estos suelos, principalmente del lado oriental del río Uruguay, entre ellos el Gaucho Artigas (como gusto llamarle), que pensaban y estructuraban sistemas Republicanos, sistemas Provinciales, ello como forma de gobierno y relacionamiento entre sí, pero y por sobre todas las cosas, Estados libres de toda monarquía, proclamaban libertad, proclamaban independencia, proclamaban autonomía y ello hace doscientos años.

Pasa el tiempo y parece un chiste nuestra realidad americana, nos damos cuenta qué poco se aprendió de todo aquello… pero bueno, siempre hay gente como ese puñado de ciento veinte Ciudadanos, mujeres y hombres que acompañaron en homenaje, realizado éste por francmasones liberales, mujeres y hombres en pié de igualdad, integrantes de una Institución Masónica, que comprometida con el Republicanismo, la Laicidad, con la Libertad de Pensamiento y Conciencia, trabaja para aportar propuestas anónimas a nuestra sociedad.

Encontrándose allí, sobre una tradición geográfica, rescatando valores éticos y morales de convivencia socio-política, se le rinde homenaje como acto de justicia, comprometiéndose con su presencia con esos valores éticos y morales, testimoniando su vigencia aún doscientos años después.



Ciento veinte Ciudadanos bajo llovizna se aprontaban a homenajear de todas maneras esos doscientos años y su vigencia conceptual, cuando la naturaleza, que es sabia y solidaria, ella más sabe por vieja y profesa el verdadero amor natural, despeja el cielo de nubes y permite que su sol radiante acaricie a ese puñado de ciento veinte Ciudadanos y esté ella también presente con su mayor iluminación, calor y esplendor. 

Allí todos juntos, la brillante naturaleza, mujeres y hombres, lo conceptual siempre joven de las Instrucciones, la presencia de una Institución como la masónica de jóvenes miles de años, todos juntos unidos por incorruptibles valores éticos y morales.

Fuente: Gran Oriente de la Franc Masonería del Uruguay
www.gofmu.org

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